martes, 22 de marzo de 2011

LA NARRATIVA EN LA ESCUELA

La narración permite un discurso más pegado a la vida, a las vivencias, a la experiencia. También abriga con naturalidad a pensamientos, sentimientos y deseos. Esto supone un desafío a los modos de enseñar historia porque pone en cuestión a las clases repletas de conceptos y procedimientos ajenos y distantes y porque invita a hacer escuchar la voz de los maestros y profesores y la de los propios alumnos junto a las ideas que aportan los historiadores.
Como acto educativo, en la transmisión de una narración no importa sólo el contenido sino el acto de reconocimiento que hace el adulto del niño o del joven. En ese acto, la autoridad pedagógica, el adulto, autoriza, faculta, aprueba que un pequeño o un muchacho ocupe un lugar en esa historia, no con fuerza manipuladora o con pretensiones de adoctrinamiento, sino con el propósito de legar lo mejor que tiene en sus manos para que libremente ellos puedan recrear la cultura y su propia subjetividad al mismo tiempo.

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